En todas las empresas, independientemente del tamaño que tengan, siempre tendremos varios perfiles diferentes de empleados, desde los más trabajadores a los más vagos, de los madrugadores a los que llegan tarde por sistema, los que se desviven por la compañía y los que aprovechan cada minuto para mandar currículums a otras… es por esto que disponer de un buen seleccionador de personal es fundamental para que el desarrollo laboral sea lo más ameno y productivo posible y así ser capaces de conseguir que día tras día, la empresa funcione mejor. Los departamentos de recursos humanos de las grandes compañías funcionan como un núcleo del que deben salir trabajadores motivados, que crean en la empresa y que lo den todo durante su jornada de trabajo, de ahí que cada vez se busquen mejores y más capacitados profesionales para estos puestos y es que si ellos fallan, puede entrar un trabajador en la compañía que desmotive al resto y produzca una gran pérdida de rendimiento en cadena.
Actualmente, existe en nuestro país una Organización Internacional de directivos de capital humano que se encarga de formar a estos profesionales con el fin de sacar lo mejor de ellos mismos en base a la experiencia que tienen, por lo que, de aquí, salen los trabajadores mejor formados del sector.
Para conseguir que una compañía sea efectiva a la hora de desempeñar sus actividades laborales, se requiere que todos los empleados establezcan unas buenas relaciones interpersonales, que cooperen, actúen y colaboren formando un equipo, de tal forma que sean capaces de generar un alto grado de satisfacción e integración en los objetivos que tiene la empresa para la que trabajan, y es que un grupo de personas que trabajan de esta forma concreta, promueve que tal y como os hemos adelantado, se optimicen los rendimientos económicos además de que los empleados verán reflejados sus intereses en los de la compañía, hecho que hará que el desempeño de su actividad laboral tenga un aliciente adicional.
Si nos trasladamos al enfoque de gestión en función de las competencias, consideramos que existen cuatro elementos básicos diferentes a través de los cuales, son alcanzadas las metas organizacionales y son:
- Es la capacidad humana de poder influir en la mente de otras personas con el objetivo único de que estas sean capaces de ofrecer lo mejor de si mismas con el fin de alcanzar las diferentes metas grupales que se hayan propuesto.
- Trabajo en equipo. En este caso nos referimos a la actividad que ejercemos con base a nuestras habilidades, conocimientos y capacidades con un grupo de personas con la intención de lograr diferentes objetivos comunes realizando las acciones precisas orientadas a la consecución de los fines que se tengan previstos.
- Comunicación. Al igual que si se tratara de una conversación normal e informal, es el proceso a través del cual se envía, recibe, codifica y descodifica una información concreta. En este caso, hacerlo de la forma apropiada, hace que crezcan exponencialmente las opciones de éxito del mensaje que hayamos comunicado y, por consiguiente, de la actividad que hayamos emprendido.
- Motivación. Nos referimos a este término cuando buscamos la razón o la causa por la cual una persona se mueve a realizar una serie de actividades destinadas a satisfacer otras necesidades particulares. Este concepto debe estar siempre presente en el día a día de las relaciones laborales, puesto que, de lo contrario, con la bajada del interés, se tiende a distraer a los demás compañeros, provocando una reacción en cadena con muy malas consecuencias, por lo que, si se detecta un caso de desmotivación, ha de tratarse a tiempo para que afecte los menos posible. A la hora de mejorar esta motivación tenemos dos claves que siempre funcionan, las compensaciones sociales y económicas para el trabajador.
La importancia de tener un buen líder dentro de la empresa
Os lo decimos en el título y lo recalcamos aquí, un buen líder es muy importante para una empresa y es que él es el encargado de remar por el bien común y por la consecución de los resultados que se esperan o, como diría un sabio experto en este tema: «El buen líder es el que hace que las cosas sucedan, que la gente se inspire». Lo cierto es que, si los empleados perciben que su jefe no se implica, ellos tenderán a hacer lo mismo y desconectar, es por ello por lo que debemos tener siempre muy claro que un líder no es solo un cargo, es también un guía para el resto de los empleados de una compañía.