La contaminación sigue siendo un gran problema para los madrileños. Desde la alcaldía y la comunidad se siguen tomando medidas para evitar que este problema vaya a más, sin embargo, no parecen tener efecto. Son muchas las empresas que no se lo toman en serio y no quieren cambiar su política sobre el medio ambiente. El protocolo, aprobado en Junta de Gobierno el 21 de enero de 2016 y que entró en vigor el 1 de febrero de 2016, tiene como objetivo lograr una mayor prevención y protección de la salud de los ciudadanos, al rebajar los niveles de activación de las medidas a adoptar en caso de producirse un episodio de contaminación.
Medidas para las empresas
Son muchas las empresas que entregan y trabajan con bolsas de plástico. Las bolsas de plástico contaminan y perduran en el entorno. En los países ricos, la mayoría de las aparentemente anodinas bolsas de plástico acaban en vertederos sin ser tratadas; en los países pobres y emergentes, en la calle y en la naturaleza. La solución para evitar usar bolsas de plástico, según expertos y empresas, no consiste en usar bolsas de papel, cuyo uso provocaría un impacto similar o incluso superior al plástico. La solución es usar una bolsa reutilizable. Se debe confiar en empresas como Plásticos Alhambra que trabaja con bolsas de este tipo, lo que le ha llevado a supera con éxito las auditorias de Calidad y Medio Ambiente realizadas por Bureau Veritas.
Las empresas también tienen que usar bombillas de bajo consumo aprobadas por normativas como Energy Star, de la EPA (agencia de protección ambiental de Estados Unidos) o la normativa de etiquetado para electrodomésticos, aire acondicionado e iluminación de España y la Unión Europea, no tiene mayor misterio. Además de no contaminar, verán cómo se reduce su factura, ya que la iluminación de bajo consumo sigue siendo más cara y compleja de fabricar y emplea mercurio (hasta 5 miligramos por bombilla).
Abrigarse en lugar de subir la calefacción puede parecer de perogrullo. En condiciones normales, “es suficiente encender la calefacción por la mañana”. Por la noche, salvo en zonas muy frías, se debe apagar la calefacción, “ya que hay calor acumulado en la vivienda. Las empresas tienen que sobrevivir a estar sin calefacción. En invierno, estar abrigado, permite bajar el termostato de la calefacción hasta los 20 grados centígrados
Coches eléctricos
Muchas empresas tienen que emplear coches. Aunque el vehículo es lo que más contamina las calles de Madrid, las empresas pueden apostar por los coches eléctricos. Varios fabricantes tienen modelos con tecnologías que mejoran el rendimiento del motor de combustión. Algunos vehículos de venta en España consumen menos de cinco litros de combustible cada 100 kilómetros de media y cumplen el límite de emisiones de la Unión Europea. Por eso, las empresas tienen que apostar por este tipo de coches para sus empleados.
Empresas que más contaminan
Estas son las empresas que más contamina. Estos datos figuran en el informe ‘Empresas más contaminantes en España: responsabilidad de las grandes empresas energéticas e industriales en el cambio climático’, elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad con datos de 2016, que es el último año con información consolidada. De esta manera, el listado de ‘empresas más contaminantes’ lo lidera Endesa (28,67 millones de toneladas de CO2 equivalente), seguida de Gas Natural Fenosa (11,60 millones), Repsol (10,74), EDP (7,53), ArcelorMittal (6,02), Cepsa (4,93), Iberdrola (3,91), Viesgo (3,55), Cementos Portland (2,83) y Cemex (2,45).Las cinco grandes empresas energéticas aglutinan un 44% de las emisiones fijas y un 16% del total de las emisiones de CO2 equivalente en España. La producción energética, las industrias con grandes procesos de combustión, el tratamiento y la transformación de hidrocarburos, el cemento y la transformación química son las actividades con las compañías más contaminantes.
El informe incluye recomendaciones, como aplicar “responsabilidades diferenciadas” según cuánto contamina cada compañía; evitar “políticas contradictorias, como las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente”; reducir las emisiones aumentando la eficiencia y sustitución de los combustibles o las tecnologías más contaminantes (como el carbón o el gas por energías renovables); aumentar el precio del carbono para que funcionen los mercados de emisiones y sea más barato dejar de emitir CO2; que las administraciones sean “limpias”, y que los ciudadanos y los consumidores exijan un mayor compromiso de las empresas y de las administraciones públicas.
Como puedes ver, está en manos de todos mejorar la calidad de nuestro medio ambiente, porque la cosa cada vez está peor.