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¿Cómo debe ser el envasado de los alimentos?

Envases de alimentos.

El envasado y empaquetado de alimentos tiene una importancia primordial en la industria alimentaria moderna. Tanto es así, que constituye un paso en sí mismo en las cadenas de producción. Vamos a ver cómo han de ser los envases de alimentos hoy en día, tanto desde un punto de vista normativo, para cumplir con la ley, como para conseguir que se vendan más productos.

El envase debe conservar los alimentos por más tiempo, ha de ser fácil de transportar y almacenar, debe ser respetuoso con el medioambiente y debe inspirar confianza en el consumidor.

Hoy, el envasado se realiza de forma mecanizada. Los distribuidores de Envasef, una empresa valenciana especializada en la comercialización de maquinaria de empaquetado  y pesadoras multicabezales para la industria, con más de 14 años de experiencia en el sector, señalan que las líneas de envasado han de ser versátiles. Con capacidad para adaptarse a distintos tamaños y formatos.

Cuando vamos al supermercado podemos ver como un mismo producto, fabricado por la misma empresa, se nos presenta en tamaños diferentes. Un paquete pequeño para uso individual, un paquete ahorro o familiar, de mayor tamaño e, incluso, para la hostelería, muchos alimentos se distribuyen en un formato específico.

El envasado de los alimentos supuso un avance importante para la humanidad. Hace no tanto tiempo los alimentos se vendían a granel. Esto suponía que los productos con los que nos alimentábamos estaban expuestos a las inclemencias del ambiente y a la agresión de insectos, roedores y otros animales, que al picotear los productos podían transmitirnos enfermedades.

Los productos frescos se pueden comercializar sin envase si hay una alta rotación. Es decir, si se venden con rapidez. Eso sí, requieren una mayor atención en su conservación por parte del distribuidor.

A consecuencia del empleo de envases de un solo uso, los residuos humanos se han multiplicado exponencialmente, suponiendo un riesgo para el planeta. Aun así, no podemos obviar que el envasado ha sido un paso cualitativo en la salud pública. Ahora, lo que debemos hacer es ajustar esos envases para que sean menos perjudiciales para el planeta.

Así debe plantearse el envasado de alimentos en la industria alimentaria a día de hoy.

Seguridad alimentaria.

El aspecto más importante en el envase de los alimentos es que lleguen a la casa del consumidor en perfectas condiciones para su consumo. Conservando su sabor, sus propiedades nutricionales y sin sufrir ningún signo de descomposición. En este tema, el envasado cumple una función determinante. Estos son algunos requisitos que deben cumplir los envases de alimentos:

  1. Materiales adecuados: Los envases deben estar fabricados con materiales seguros, aptos para estar en contacto con los alimentos, evitando la interferencia de sustancias nocivas para el producto.
  2. Higiene y limpieza: Los envases deben ser higiénicos y estar libres de cualquier tipo de contaminación microbiológica, química o física que pueda afectar la seguridad del alimento.
  3. Sellado y cierre hermético: Este es un aspecto fundamental. Los envases deben estar sellados herméticamente para evitar la entrada de microorganismos y la pérdida de calidad del alimento debido a la oxidación y deshidratación.
  4. Etiquetado claro y preciso: El empaquetado debe incluir una etiqueta con información detallada sobre el producto, como la fecha de caducidad, ingredientes, instrucciones de almacenamiento y preparación, etc.
  5. Resistencia a impactos: Los envases deben ser lo suficientemente resistentes para proteger el alimento durante su manipulación, transporte y almacenamiento, evitando roturas y contaminaciones externas.
  6. Protección contra la luz y la oxidación: Es importante que los envases sean opacos o cuenten con protección contra la luz para evitar la degradación de nutrientes sensibles a la luz y la oxidación de los alimentos.
  7. Compatibilidad con procesos térmicos: En el caso de alimentos envasados al vacío o sometidos a tratamientos térmicos, los envases deben ser capaces de soportar altas temperaturas sin deformarse ni liberar sustancias nocivas.
  8. Cumplimiento de normativas: La normativa en cuanto a seguridad alimentaria es bastante estricta. Los envases deben cumplir las regulaciones y normativas establecidas por las autoridades sanitarias para garantizar su seguridad en el consumo humano.
  9. Tratamientos antimicrobianos: En algunos casos, especialmente en alimentos frescos o de larga duración, los envases pueden incluir tratamientos antimicrobianos para prolongar su vida útil.
  10. Información sobre reciclaje: Se recomienda que los envases sean reciclables y que incluyan información sobre cómo desecharlos de manera adecuada, fomentando prácticas responsables y respetuosas con el medio ambiente.

Transporte y almacenamiento.

Los envases aseguran que los alimentos llegan a la despensa del consumidor en las mismas condiciones que salieron de la fábrica de producción o de la planta de procesamiento, sin sufrir ninguna contaminación durante el transporte y almacenamiento.

Este es un asunto importante si nos paramos a pensar que desde que se produjo el alimento hasta que nos lo comemos ha seguido todo un periplo. Una lata de tomate, que utilizamos en casa para elaborar la salsa con la que condimentamos la pasta, procede de los tomates de la huerta de un agricultor. Luego pasa por la fábrica de conservas. Más tarde, se guarda en almacenes y se transporta en camiones. Finalmente, llega a la estantería de la tienda o del supermercado. No somos conscientes de la cantidad de sitios por la que ha pasado la lata antes de utilizarla. Sin embargo, cuando la vertemos en la sartén para freír el tomate, apreciamos que el producto en perfecto estado.

Los alimentos envasados se transportan en cajas o palets donde se ordenan los envases individuales. Estos están fabricados de tal manera que ocupen poco espacio y que sean fáciles de manejar. De manera que el envase individual, el que nosotros compramos, haya sufrido el menor impacto posible.

Un aspecto a tener en cuenta es cuando los alimentos se conservan congelados o refrigerados, para asegurar que duren más tiempo. En este caso, el envasado debe ser el adecuado para evitar que se rompa la cadena de frío. Manteniendo las condiciones de ahorro de espacio y manipulación que permita que los alimentos se transporten y almacenen en grandes cantidades.

Respetuoso con la naturaleza.

Un estudio publicado por Greenpeace hace unos años asegura que en España se produce cada año 5,1 millones de toneladas en envases domésticos. El 90% de estos envases terminan en la basura. La asociación ecologista alerta que solo el 37,3% de los envases se reciclan. Entre un 80 y un 90% de la basura de un hogar español está formado por envases. Este es uno de los ejemplos más evidentes de la contaminación que la vida humana genera sobre el planeta.

En los últimos años, se ha extendido una conciencia generalizada en contra del uso de plásticos. Un material que tarda hasta 1.000 años en descomponerse generando residuos tóxicos. Por suerte hay una tendencia cada vez mayor por parte de los fabricantes, por sustituir los plásticos por otros materiales biodegradables. Así vemos, como muchos envases de plástico han sido reemplazados por otros de cartón o de celulosa.

Para fabricar bolsas y precintos, se ha empezado a emplear fécula de maíz o de patata en lugar de plásticos derivados del petróleo.

La ley obliga a las empresas alimentarias a introducir instrucciones dentro del etiquetado sobre el reciclaje correcto de los envases. Al mismo tiempo, fomenta el uso de materiales reciclados y reciclables en el envasado y empaquetado de los alimentos.

Aunque se han dado pasos importantes en este campo en los últimos años, no podemos decir que el problema esté resuelto. Reducir la contaminación producida por los envases es una asignatura que tenemos pendiente. En mi opinión, la solución no pasa por eliminarnos. Debemos continuar investigando para descubrir materiales que nos sean contaminantes.

Pakcaging.

Un producto se vende por su envase. Puede parecer una afirmación categórica, pero en cierto modo es real. El packaging es una estrategia y conjunto de acciones que tienen que ver con el empaquetado de los productos. En él se incluye desde la forma y color del envase hasta el diseño de la etiqueta.

La revista digital Interempresas opina que los consumidores quieren saberlo todo sobre los productos que adquieren, esa información se la facilita el empaquetado. Un empaquetado bien diseñado es aquel capaz de transmitir la información que busca el consumidor con un solo vistazo. Ante dos productos similares, con el mismo precio, el comprador tiende a adquirir aquel que tiene un empaquetado visualmente más atractivo y le inspira más confianza.

El envase forma parte de la experiencia del producto. Es algo indisoluble. Al comprar un alimento, de forma inconsciente, nos fijamos también en el formato en el que se distribuye, en que se pueda almacenar con facilidad, en la información visual que nos transmite y en sí se corresponde con nuestras necesidades. Así, por ejemplo, las personas que viven solas tienden a comprar paquetes que se corresponden con una ración individual, y que pueden tomarla como un plato durante una comida. Las amas de casa, como nuestras madres o abuelas, buscan formatos más grandes a buen precio, puesto que asocian la cantidad con el ahorro.

En la industria alimentaria, a día de hoy, el envasado y empaquetado de los productos es casi tan importante como la calidad de los alimentos.

 

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