Un notario es un funcionario público que tienen la autoridad de hacer constar o “dar fe”, mediante su firma, de que los documentos firmados se ajustan a la legalidad y que lo acordado se ha hecho de forma libre y voluntaria, sin ningún tipo de coacción, y sin que pueda existir ningún tipo de incapacidad por parte de las personas implicadas en los acuerdos que en los que éste está presente.
Se solicita la asistencia de notarías, como Notaria Tarancon, cuando se trata de firmar contratos, sociedades, herencias, traspasos de fincas y viviendas, compraventas, donaciones, disoluciones de sociedades y matrimoniales, arrendamientos, medidas de protección de familiares discapacitados, reagrupación de familias, reconocimiento de hijos, préstamos, testamentos, fusiones, escisiones o transformaciones de empresas, patentes, etc… además, los notarios ofrecen asesoramiento de manera imparcial y gratuita.
Pero a día de hoy, es muy elevado el número de personas que no son conscientes de lo beneficioso que es el poder contar con la presencia de un notario, por ejemplo a la hora de firmar un contrato de alquiler de vivienda, hasta que el momento en el que se deciden a utilizar sus servicios. De hecho, muchas son las personas que renuncian a poner una vivienda en propiedad en alquiler debido al miedo que provocan los impagos, los destrozos, robos, u otro tipo de problemas, que podrían evitarse asegurando el contrato de alquiler ante un notario que aporte validez a lo firmado. El hecho de acudir a un notario evita, además, el tener que ir a juico.
Un contrato firmado por el arrendador y el arrendatario tiene validez legal, e incluso los contratos verbales entre éstos tienen validez legal (si bien este tipo de contratos no son recomendables en absoluto debido a los elevados riesgos que estos suponen), pero resulta más conveniente que propietario e inquilino acudan a un notario para que éste haga de testigo y constate la validez de las firmas.
El notario aporta el control legal que ofrece la total garantía de la inamovilidad del contrato.
También es aconsejable que el contrato se inscriba en el registro de la propiedad, ya que proporciona mayor seguridad, tanto a arrendador como a arrendatario.
La escritura es el documento público que se otorga ante notario, garantiza absoluta seguridad jurídica, y tiene un poder legal muy superior al de los documentos privados. La escritura ofrece la completa certeza de lo firmado por las partes interesadas.
Los peligros de alquilar una vivienda
El alquiler de un piso de forma particular siempre puede suponer un riesgo, tanto para el propietario como para el inquilino: como poner el piso en alquiler
Riesgos para el inquilino
Una de las principales preocupaciones del arrendatario de una vivienda es la de la devolución de la fianza. Muchos son los propietarios que acostumbran a no devolverla. Esta es una práctica mucho más generalizada de lo que se suele pensar, aunque afortunadamente, no es extensible al común de los arrendadores.
Otro de los problemas a los que se enfrenta el inquilino es el de la debida actualización del inmueble. El propietario debe realizar las reformas oportunas en la vivienda alquilada, cosa que, en más ocasiones de las deseables, no ocurre.
Riesgos para el propietario
El propietario, por su parte, se expone a los impagos, tanto del alquiler del piso, como de los servicios de agua, luz o comunidad, además de los destrozos, robos, averías…
Otro de los riesgos es el de los inquilinos no deseables, es decir, problemáticos, de alguna u otra forma, o los morosos profesionales.
Riesgos compartidos por inquilino y propietario
Riesgos que podrían afectar tanto al arrendador como al arrendatarioson los derivados de no haber fijado un precio, de desconocimiento de la ley o de no contar con la ayuda de profesionales.