En un país como España, no se puede hablar de figuritas de porcelana sin evocar a Lladró. Este claro referente con una reputación que va más allá de nuestras fronteras, cuenta con colecciones de figuras que abarcan desde lo más clásico y rococó, hasta lo más moderno y vanguardista. Sus colecciones ofrecen figuras aptas para todo tipo de público, incluyendo los más frikis que, pueden encontrar en sus vitrinas al mismísimo Maestro Yoda de La Guerra de las Galaxias.
ArteStilo, claro referente madrileño de la distribución de artículos de porcelana, bronce y cristal, entre otros, no ha dudado en hablarnos de esta conocida y reputada marca de procedencia valenciana. Ambas marcas, de reconocido prestigio, aúnan su ingenio para ofrecer al público las mejores figuras y artículos del sector. Lladró, máximo exponente de la porcelana decorativa del país, tiene la capital como centro neurálgico de sus distribuciones.
Esta conocida firma, esta sufriendo un revival creativo que deja a un lado los sonados conflictos familiares en los que se han visto envueltos en los últimos tiempos. Gracias al talento, delicadeza y maestría del que hace gala este nombre, su técnica ha cruzado fronteras, exquisitez hasta en el más mínimo detalle, virtuosismo inalcanzable para la inmensa mayoría de creadores de figuras de cerámica. Esta indiscutiblemente privilegiada firma, hace gala de un proceso creativo insuperable.
A todos nos viene a la mente, a todos los que ya contamos con una cierta edad, cabe señalar, la imagen de una bailarina de ballet atándose la zapatilla o los típicos angelitos, obra del maestro Lladró. Quizá por aquellos tiempos, no sabíamos de que se trataba o cual era la procedencia de esas delicadas figuras que todos anhelaban poseer.
Resulta inimaginable una vida sin esas figuras formando parte de nuestro imaginario, tanto particular, como colectivo. No en vano, esta firma, siempre ha estado ahí, como otras tantas cosas cotidianas que son parte de nuestra tierna infancia o juventud, aunque ahora, nos resulten un tanto estridentes.
Pasa el tiempo y cambian los gustos. La evolución se abre paso y se producen cambios, a veces de forma natural, a veces perseguidos y buscados con un fin: permanecer. Este es el caso de tan reputada firma. Se perdió en el camino de la vida y tuvo que reconducirse, de forma que aun, permanece, de forma inevitable, decorando nuestras vidas.
No es difícil cruzar la capital encontrando en escaparates de cualquier tienda de renombre que se precie, luciendo las últimas novedades de esta firma, clásica y a la vez, innovadora.
Permanencia e innovación
Esta empresa, se gestó y vio la luz, allá por mil novecientos cincuenta y tres, en un pueblo de Valencia, donde aún, permanece su única fábrica. Su estilo propio, convirtió a la marca en líder mundial en diseño, manufactura y distribución de un extenso catálogo repleto de excelentes creaciones artísticas de porcelana. Estas obras de elevada calidad, se caracterizan por estar realizadas a mano, lo que otorga la excelencia de la que hace gala.
A nivel artístico, los inicios de esta firma, venían marcados por creaciones de estilo Rococó que evocaban a otras grandes obras del sector. Para crear su impronta, introducen el método de monococción que profiere a las piezas ese acabado único propio: cristalino y en tonos pastel. Este estilo propio, único y distintivo, le abre las puertas al nuevo continente al tiempo que funda la Escuela de Formación Profesional para formar a sus propios artistas y técnicos.
La historia de las figuras de porcelana, se ha ido fraguando gracias a la permanencia de esta firma de lujo y renombre que hace las delicias de todo aquel que adquiere una pieza.
Siendo todo un referente y contando en su haber con el reconocimiento mundial, la firma no podía permitirse el estancamiento. En los últimos tiempos, sentían la necesidad de volver a encandilar a aquellos infantes que disfrutaban de sus diseños, en la actualidad, adultos con gustos diferentes. De esa necesidad, surgen colaboraciones con otros grandes del sector. Sin olvidar que la porcelana fue gestada para ofrecer piezas al servicio de la exquisitez, se tiene en cuenta que la modernidad y el sentido del humor (presente en numerosas piezas), no riñen con la delicadeza.
En la actualidad, ambos estilos, coexisten de forma armoniosa, dando como resultado piezas para todos los gustos. Siendo el clasicismo del que hace gala la marca una espada de doble filo que ejerce de punto fuerte y talón de Aquiles simultáneamente, han encontrado en la diversificación, un nuevo campo de acción. Donde antes solo había figuras, ahora se abre paso al mundo de la iluminación, los accesorios de moda e incluso fragancias para el hogar.
Artesanía al poder
Por mucho que nos guste lo moderno, lo vanguardista y lo sofisticado, siempre hay algo que capta nuestra atención de forma innegable: lo artesano. Todo aquello que se hace con las manos, poseyendo de ese modo algo que lo define y lo convierte en especial, único. En ese aspecto reside el atractivo de la artesanía, máxime cuando quien la ofrece, es un claro exponente y referente en el sector.
El sello Lladró ofrece esa manufactura propia y personal en todas sus obras. Su sello, es su referente: artesanía pura de fabricación artesanal. Para asegurase de que así fuera, creo su propia escuela de formación, la cual tuvo abierta, única y exclusivamente durante el tiempo que fue necesario para formar a sus nuevos profesionales. De este modo, creando, eligiendo, formando y puliendo a los mejores artesanos del país, aseguró la continuidad de su saber hacer.
Desmenuzando su proceso de creación, podemos observar como se trata sin duda alguna, de una firma inigualable cuyas piezas, son únicas. Todas y cada una de ellas, cuentan con su propia historia.
El proceso, iniciado con el diseño del boceto, se esculpe y es a medida que se realiza la escultura que, empiezan los cambios. Según la tradición de la firma, un modelo definitivo puede tarar en producirse hasta cinco años y la pieza en cuestión, contar con hasta doscientos moldes. Observar una figura con detenimiento permite comprobar como cada elemento es parte de un todo que a la vez, cuenta con vida propia.
Cuando el molde ha sido finalizado y cuenta con la aprobación correspondiente, este se rellena con la porcelana que los químicos del laboratorio, han desarrollado para tal fin. Esta porcelana, llega a la fábrica mediante un complejo sistema de tuberías y mangueras.
Cada modelo, es pintado a mano. No en vano, cuentan con un departamento especial de labios y ojos, encargado de utilizar esmaltes especiales que otorgan mayor viveza a estas partes esenciales de cada figura. Para que nos hagamos una idea de los estándares de calidad a los que son sometidas las piezas, se descarta un treinta por cien de la producción por no cumplir con los requisitos establecidos.
Esta acción de extinción de las piezas que la firma considera no aptas, nos proporciona con mayor exactitud una idea del nivel de detalle que exigen a cada figura para poder ser Lladró. Exigen tal nivel que, para llevar a cabo la figura de un surfista y proporcionar el detalle absoluto, estudiaron la tensión de los músculos en la postura convenida con la ayuda de un reconocido surfista
Práctica habitual en los escultores que recurren a modelos cuando la postura y anatomía de las piezas, son determinantes para la obra.
Referente en el futuro
El reto de esta firma es mantenerse en pie, seguir a la vanguardia y permanecer en un futuro al que, miran con optimismo. El sello Lladró, sigue siendo el referente de la porcelana a nivel mundial. Su equipo renovado a razón de las necesidades correspondientes, esta tan cualificado como su fundador exige.
La mayor pretensión con la que cuenta ahora este exponente del sector, es atraer a las generaciones futuras y afianzarse en el comercio exterior, donde ya tiene un nombre propio que va más allá de las fronteras.
Todo el mundo puede encontrar el Lladró de sus sueños. Las opciones son tantas, tan diversas y variadas que nadie puede resistirse a su encanto. Desde las piezas clásicas que pueden disponerse en ambientes modernos, hasta las piezas más vanguardistas de cada colección.
Mesas de porcelana, joyas y elementos de iluminación son parte de la oferta que nos ofrece esta firma de reconocido prestigio. Aunque nos quedamos con su extensa gama de figuras que evocan otros tiempos y momentos de nuestra vida.
Lladró es el referente indiscutible de la porcelana y la cerámica marca España, a nivel internacional. No hay más que ver, durante un tranquilo paseo por la capital, como innumerables turistas, se adentran en esas tiendas especializadas en las que Lladró, marca la diferencia.
Madrid, Toledo, Valencia… Referentes de unas obras de arte en miniatura, al nivel de ciudades tan importantes como Nueva York, donde la firma cuenta con un museo y una tienda en la misma Quinta Avenida. Sin embargo, lo ideal, lo que dota de más valor a cada una de esas piezas, es adquirirlas e su lugar de origen o los puntos de venta que ayudaron a que se convirtiera en lo que es.